Antes de entrar en materia, quiero dejar claro que cuando hablo de “inglés jurídico” me refiero al idioma inglés que utilizan los abogados de habla inglesa nativa en su práctica diaria y que esto incluye mucho más que solamente el vocabulario. El inglés jurídico implica conocer el uso de la lengua en todos sus aspectos, sus reglas gramaticales, ortográficas y cómo se expresan los abogados de habla inglesa en los diferentes ámbitos en los que intervienen (pues no se dirigen de la misma manera a un juez que al director de una entidad reguladora o que a un cliente, por ejemplo). Por lo tanto, cuando hablamos de aprender inglés jurídico tenemos que considerar que no basta con saber vocabulario si no dominamos otros tantos aspectos importantes de la lengua. Entonces, dicho lo anterior, aquí van cuatro recomendaciones para cuando te propongas aprender inglés jurídico:
1. Lee los documentos jurídicos con una óptica lingüística: Por lo regular los abogados leemos los documentos jurídicos en inglés que se nos presentan con el objetivo de entender su contenido, pero pocas veces prestamos atención a las estructuras gramaticales y a la ortografía que se está utilizando en ellos. Eso es útil para entender de qué van los documentos, sus riesgos, qué respuesta podemos darles, etc., pero no es útil para aprender inglés jurídico, porque no estamos analizando nada del lenguaje. Para aprender algo más debemos leer documentos jurídicos escritos originalmente en inglés, tales como contratos, sentencias, escrituras, y analizarlos desde el punto de vista de la lengua: qué sustantivos se usan para nombrar a qué cosas, cómo se conjugan los verbos, qué preposiciones los acompañan, qué estructura tienen las oraciones. Una vez observado todo esto, conviene hacer notas para tener a la mano las colocaciones y construcciones que hayamos encontrado y poderlas replicar cuando las necesitemos.
2. Olvida la estructura gramatical del español: Cuando estés aprendiendo inglés y en general inglés jurídico tienes que olvidarte de la estructura gramatical y de las reglas ortográficas del español y adentrarte a aprender las reglas del inglés y su uso particular. Hay cosas que son reglas muy estrictas en el español, pero que no funcionan al escribir en inglés, y viceversa. Un buen recurso para aprender esto es el libro Just Writing, Grammar, Punctutation, and Style for the Legal Writer y también el Oxford Advanced Learner’s Dictionary (de este último hay versión impresa y en Kindle).
3. Olvida el inglés que aprendiste en la escuela: El inglés jurídico es mucho más formal de lo que aprendimos en la escuela y de lo que escuchamos en la calle. Por ejemplo, en el leguaje jurídico formal no se utilizan contracciones (can’t, don’t, etc.) ni modismos, tampoco se usan imperativos y en ocasiones se prefiere el uso de la voz pasiva. Nada de lo anterior ocurre en el lenguaje del diario, donde sí usamos contracciones, modismos, imperativos y preferimos la voz activa. Así que, si bien el inglés aprendido en la escuela es útil como base para lograr la comunicación, cuando quieras aprender y perfeccionar el lenguaje jurídico especializado en inglés, va a ser necesario adentrarte más en la lengua y su uso a nivel profesional en el derecho. Los mismos libros mencionados en el tip anterior pueden serte útiles para aprender. También te puede ayudar el Curso de inglés jurídico que imparto en la Universidad Iberoamericana.
4. Empápate de la cultura: El objetivo inicial de aprender inglés jurídico es lograr comunicarnos a nivel profesional, ¿correcto? Un elemento indispensable de esa comunicación es asegurarnos de que el destinatario de nuestro mensaje lo entienda de la forma en la que queremos que lo entienda y para eso es necesario conocer los elementos culturales que nos unen con nuestro interlocutor y aquellos que nos diferencian. Por lo tanto, cuando queremos aprender inglés jurídico tenemos también que entender cómo es la cultura jurídica del país o los países destino de mi comunicación. Por ejemplo, si mi interlocutor es estadounidense seguramente entenderá de forma diferente lo que es el derecho laboral y utilizará palabras distintas para referirse a él que si mi interlocutor es del Reino Unido, ¿verdad? Entonces para lograr que nos entendamos hay que conocer a nuestro interlocutor y sus concepciones de derecho para después poder comunicarnos con él.
Estas son mis cuatro recomendaciones para aprender inglés jurídico. Si quieres una lista de libros, blogs, podcasts y otros recursos que sirvan de apoyo para aprender inglés jurídico, puedes leer esta entrada y esta entrada en este mismo blog, donde ya recopilé una lista no exhaustiva de todo lo que a mí me ha funcionado y que mantengo actualizada constantemente.
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